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El cuerpo se compone de un 60% de agua, pero el cabello sólo contiene alrededor de un 13%. La proteína principal que compone el pelo es la queratina, que necesita agua para funcionar correctamente. Al tener poca humedad, se vuelve quebradizo y seco. Pero cuidado con lo contrario: demasiada humedad hincha el pelo de agua, dejándolo más vulnerable a los daños y encrespado.
Para evitarlo, hay que tratar el cabello y el cuero cabelludo como la piel, con tres pasos clave: exfoliar y limpiar, hidratar y pulir, y proteger y sublimar. No te laves con agua muy caliente (lo reseca más) y quita la humedad con una toalla, pero a pequeños toques.
Begoña Rodríguez, experta de I.C.O.N. Products, para la Revista Mía